Madre, no me faltes nunca!

Pensamientos dedicados a todos los que ven en su madre a la mejor de las amigas, Madre, no me faltes nunca:

Un día de lluvia, mirando por la ventana tuve un pensamiento, el de que mi madre no estaba, de pronto todo el sonido era tan fuerte pero al mismo tiempo dentro de mí se abría un gran silencio que me enmudecía por dentro…

Desde que era muy niño sentí en mi madre esa suave palabra que todo calmaba, su voz a veces fuerte me situaba en la realidad. Las ilusiones iban y venían y ella las oía todas… mi madre era la más devota, de sus labios aprendí tantas oraciones, y me aferré con ellas en mis tiempos más densos… Dios dejó que mi oración llegara a su presencia pues aprendí de mi madre cerrando los ojos a orar sin cesar y sin dudar.

De pronto abrí los ojos y comprendí que ella sigue conmigo, pero el solo imaginarla tan lejos de mis ojos me hizo un gran bien, DESEAR CON TODO MI CORAZÓN VOLVER A REZAR y pedirle a Dios toda la vida que pueda darle a mi Madre!

Quienes tenemos en ella una amiga, sabemos que no es solo eso, es también la que mejor sabe de nuestros silencios, no hay palabras que ella no entienda ni silencio que ella no avierta… Madre qué nunca me faltes!

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